Gaudí desconocido.



En esta entrada muestro fotos, realizadas por mi compañera Laura y por mí en una escapada de fin de semana, de dos obras de Antoni Gaudí desconocidas para el gran público y ausentes de la mayoría de libros dedicados al genial arquitecto: el Chalet de la sierra del Catllaràs y los Jardines Artigas. Ambas obras se encuentran en el Pirineo catalán, cercanas a la población de La Pobla de Lillet. Quizá sea la lejanía de la ciudad de Barcelona o el difícil acceso, en el caso del Chalet, lo que hacen que estas obras no estén tan consideradas ni visitadas como las de la capital, no desmereciendo por ello su valor artístico e histórico.

Veamos pues un poco de historia para situar las obras:
En 1901 Eusebi Gúell, mecenas de Gaudí,  junto con otros socios fundan en Barcelona la sociedad cementera Compañía General de Asfaltos y Pórland S.A. (ASLAND). Esta compañía pertenece hoy en dia a la multinacional Lafarge y está de triste actualidad por la polémica quema de residuos tóxicos (fangos de depuradora) en varias de sus instalaciones, como la de Montcada i Reixac, población cercana a Barcelona.
Tras la fundación de la compañía, se encarga al arquitecto Rafael Gustavino el diseño de la fábrica de cemento del Clot del Moro en Castellar de n´Hug, la primera construida en Catalunya e  inaugurada en 1904.
Para alimentar los hornos de la fábrica se utilizaba el carbón extraido en las minas de la sierra del Catllaràs. La considerable distancia entre la población más cercana (La Pobla de Lillet) y la explotación minera, lleva a Eusebi Güell a encargar en 1905 a Antoni Gaudí el diseño del Chalet del Catllaràs como vivienda para los trabajadores e ingenieros de las minas. 

El Chalet presenta una estructura de bóveda parabólica típica de la arquitectura gaudiniana y perfecta para las nevadas invernales, con una doble escalera circular exterior desde la que se accedía a las dos plantas superiores.


Estado original, con la escalera exterior y
recubierto con cemento.


Con los años, el Chalet perdió su función original y fue utilizado un tiempo como casa de colonias. Actualmente está en desuso. El rebozado exterior de cemento fue sustituido por un recubrimiento de tela asfáltica imitando tejas de pizarra. También desapareció la antigua escalera, sustituida por otra mucho más simple y un acceso interior al tercer piso.



Estado actual.



Nueva escalera.


Durante su estancia en La Pobla de Lillet para la supervisión del Chalet del Catllaràs, Gaudi se alojo en casa del prospero industrial Joan Artigas y, como agradecimiento a la hospitalidad recibida, regaló a la familia el diseño de unos jardines en los terrenos que tenían delante de su casa y de la fabrica textil. Meses después, Gaudi envió a varios operarios de los que trabajaban en el Park Güell a ayudar a los albañiles locales en la realización de los jardines.

Los Jardines Artigas presentan un paseo en un desfiladero abierto por el rio Llobregat, donde los elementos arquitectónicos se integran perfectamente en el paisaje. La similitud de esta obra con el Park Güell es evidente y encontramos muchos elementos comunes como los arcos y puentes recubiertos de piedra, las jardineras, las cariátides y la utilización de plantas exóticas como yucas o palmeras.

En la entrada original encontramos estructuras que se irán repitiendo durante todo el paseo, como el recubrimiento de piedras de conglomerados de las serpientes entrelazadas que flanquean la puerta o la imitación de madera de la baranda y los cactus, realizada con una alma de hierro recubierta con cemento y bañada con dióxido de hierro para conseguir la textura leñosa.


Entrada original


Serpientes entrelazadas


Entrada vista desde la glorieta.


Continuando el paseo, llegamos a la glorieta, que preside el jardín desde un cortante de roca, haciendo las veces de mirador. Originalmente la estructura de la glorieta era de piedra seca, sin la presencia de cemento ni de ningún material de agarre.


Glorieta.


Escaleras en el puente de arco cojo
que sube a la glorieta.


Bajando del mirador por el arco cojo, encontramos un águila que simboliza a San Juan y forma parte de las 4 figuras que, unidas entre si por lineas imaginarias,  conforman la cruz evangelista. Queda así presente el marcado carácter religioso del arquitecto.




Águila representando al evangelista
San Juan.


Pérgola con fuente y figura de león.

León representando al evangelista
San Marcos.


Fuente con buey representando
al evangelista San Lucas.


Cascada. Antiguamente habia una
figura de un ángel simbolizando al
evangelista San Mateo.


Al lado de las fuentes se encuentran bancos para el descanso, jardineras recubiertas de piedra calcárea y un mural de formas naturales realizado con hierro y cemento.


Banco de trencadís flanqueado de jardineras.


Jardinera.


Mural de formas naturales.


Uno de los espacios más importantes de los jardines es la gruta. Aquí encontramos arcos parabólicos, seña de identidad del arquitecto. Dentro de la gruta se encuentra la Fuente de la Magnésia; fuente medicinal que da origen al nombre popular con el que se conocían los jardines. La gruta estaba abierta a los ciudadanos, que podían acceder por un puente para aprovisionarse del agua de la fuente. Dos puertas impedían el acceso al resto de los jardines.



Entrada de la gruta


Gruta. La fuente está situada
a la derecha.


Para finalizar el recorrido, llegamos al merendero por el puente de los arcos, donde apreciamos las cariátides del hombre y la mujer. El banco del merendero tiene como respaldo un mural vegetal. Se puede apreciar la gran distancia que existe entre el banco y los taburetes y la mesa, lo que nos indica claramente el carácter burgués de los propietarios, que cuentan con servicio para sus meriendas, así como la necesidad de espacio que tenían las damas de la época al llevar unas vestimentas tan amplias y aparatosas.


Puente de los arcos.


Puente flanqueado por las cariátides.


Cariátide masculina.


Cariátide femenina.


Merendero.


Las escaleras a la izquierda del merendero nos llevan al rincón del pescador, donde acabaremos la visita al único parque húmedo diseñado por Antoni Gaudí.


Rincón del pescador.


Vista del merendero desde la actual entrada.


Relojes de trencadís.


Os presento en esta entrega una colección de relojes recubiertos con trencadís cerámico.
Son piezas de formas sencillas. En los 6 primeros, se utilizan formas existentes en los azulejos, combinándolas para marcar las horas y crear texturas. Los 3 últimos, más pequeños, son motivos modernistas realizados con colores planos.